Corazón Detente Pequeño

Precio

$11.990

SKU: M671

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Descripción

Corazón Detente en plata fina nacional, incluye una elegante caja de presentación.

Alto: 1.2 Cm.

Ancho: 1.2 Cm.


El conocido como "Detente" es un pequeño emblema que se puede llevar sobre el pecho, colgado al cuello o prendido de la chaqueta, aunque lo ideal es llevarlo a la altura del corazón, como recordatorio de las palabras de San Pablo “tened en vuestros corazones los mismos sentimientos que tuvo Jesucristo en el suyo” (Flp.2,5). 

     Lleva una imagen del Sagrado Corazón, que normalmente va rodeado de la siguiente cita "Detente, el Sagrado Corazón de Jesús está conmigo". 

     Se cuenta que en el año 1870 una mujer romana, después de consagrar al Sagrado Corazón y a la Santísima Virgen a su hijo que partía para la guerra de unificación de Italia, alistado con los Zuavos Pontificios le entregó un «Detente» que ella misma dibujo sobre un pedazo de paño rojo diciéndole: "Él te devolverá sano y salvo a mi cariño". El joven salió ileso de la contienda diciendo que una bala que golpeó su pecho, donde tenía el «Detente» y se detuvo sin producirle ningún daño. La madre, contó lo ocurrido al Santo Padre.

     El Papa concedió aprobación definitiva a tal devoción y dijo: "Esto, señora, es una inspiración del Cielo". Y, después añadió: "Voy a bendecir este Corazón, y quiero que todos aquellos que fueren hechos según este modelo reciban esta misma bendición, sin que sea necesario que algún otro sacerdote la renueve. Además, quiero que Satanás de modo alguno pueda causar daño a aquellos que lleven consigo el Escudo, símbolo del Corazón adorable de Jesús."

     Luego el mismo Papa Pío IX dictó la siguiente oración:

Abridme oh Buen Jesús,
las puertas de Vuestro Sagrado Corazón,
unidme a Él para siempre.

Que todas las respiraciones 
y palpitaciones de mi pobre corazón
 aún cuando esté durmiendo, 
os sirvan de testimonio de mi amor
 y os digan sin cesar: Señor, os amo.

Recibid el poco bien que yo hago,
y dadme vuestra santa gracia 
para reparar todo el mal que he hecho.
Para que os ame en el tiempo 
y os alabe por toda la eternidad, Amén.

Sagrado Corazón de  Jesús, en Vos confío

(repetir tres veces esta última jaculatoria)

     Para alentar a la práctica de este Santo Escapulario el Papa Pío IX concedió en 1872, cien días de indulgencia a todos los que lo llevaren y rezaren un Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

     En algunos "Detentes", como los que emplearon los contra-revolucionarios franceses, dibujaron una imagen del Divino Corazón, coronado por una cruz y con la inscripción "Le Roi", "El Rey", reconociendo a Cristo como el verdadero Rey de Francia y el Rey de todos los corazones. 

     El Detente fue usado en México por los Cristeros, que se levantaron en armas contra el gobierno anticristiano entre 1926-1929 y que llevaba la leyenda "Detente enemigo malo, el corazón de Jesús está conmigo" y también se pertrecharon con el Detente los católicos cubanos que combatieron el régimen castrista, ya que tenían especial devoción al Sagrado Corazón de Jesús y utilizaron un detente en el que decía: "Detente, bala enemiga, que el corazón de Jesús está conmigo". 

EL DETENTE DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

     Al recitar la jaculatoria del "Detente", renegamos de las obras del mundo, del demonio y de la carne, al tiempo que es una forma de solicitar la protección de Aquél que ha amado sin escatimar nada por conseguir el amor de los hombres (Palabras literales de Nuestro Señor a Santa Margarita de Alacoque).

    ¿Qué mejor manera de recordar el Amor del Sacratísimo Corazón, que llevando sobre nuestro pecho un “Detente”? Ya decía el Gran Pío XII sobre la Devoción al Sagrado Corazón que se considera, en la práctica, como "la más completa profesión de la religión cristiana" (Encíclica Haurietis Aquas, 15.V.1956).

        Os invito a todos a conseguir un Detente; si no lo encontráis, podéis solicitármelo, que gratuitamente me comprometo a enviaros alguno. Podéis imprimir alguno de los modelos que aquí os presento; luego, sería ideal que lo plantifiquéis y con un alfiler, lo prendáis en vuestra ropa, a la altura del corazón.

     El Detente no necesita de una bendición especial, ahora bien, en mi humilde opinión, creo que es mejor que esté bendecido por un sacerdote, al estilo tradicional, empleando agua bendita mezclada con sal.

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