Saturno 3063A
Precio$13.990
Descripción
Bellos aros de plata fina nacional, modelo saturno.
Ancho: 2,0 Cm.
Alto: 1,3 Cm.
Saturno es el segundo planeta más grande del Sistema Solar y el único con anillos visibles desde la Tierra. Se ve claramente achatado por los polos a causa de la rápida rotación.
El nombre del planeta proviene del dios romano de la agricultura, Saturno, padre de Júpiter. Su equivalente griego era Cronos, padre de Zeus. Como Saturno se mueve por el cielo tres veces más lento que Júpiter, los astrónomos antiguos le identificaron, naturalmente, con su anciano padre.
Es uno de los cuatro gigantes gaseosos, todos ellos planetas con anillos, aunque los de Saturno son más grandes y brillantes. Antes de que se inventara el telescopio era el planeta conocido más lejano.
Tiene un núcleo rocoso rodeado por hidrógeno, con un poco de helio y metano. Irradia más calor del que recibe del Sol, lo mismo que ocurre con los gigantes Júpiter y Neptuno. El color amarillento de las nubes tiene bandas de otros colores, como Júpiter, pero no tan marcadas. Cerca del ecuador de Saturno el viento sopla a más de 450 Km/h.
La siguiente tabla muestra datos de Saturno comparado con la Tierra:
Datos básicos | Saturno | La Tierra |
Tamaño: radio ecuatorial | 58.232 km. | 6.378 km. |
Distancia media al Sol | 1.426.725.400 km. | 149.600.000 km. |
Día: periodo de rotación sobre el eje | 10,23 horas | 23,93 horas |
Año: órbita alrededor del Sol | 29,46 años | 1 año |
Temperatura media superficial | -139 º C | 15 º C |
Gravedad superficial en el ecuador | 9,1 m/s2 | 9,78 m/s2 |
Es el único planeta del Sistema Solar que tiene una densidad menor que el agua. Si encontrásemos un océano suficientemente grande, Saturno flotaría.
Los anillos de Saturno
Galileo observó por primera vez los anillos en 1610, pero los confundió con satélites ya que su telescopio era todavía rudimentario. En 1659 Christiaan Huygens, con un telescopio mejorado, los vió claramente y sin dudas. Tuvieron que pasar dos siglos hasta que, en 1859, James Clerk Maxwell demostró matemáticamente que los anillos de Saturno estaban formados por partículas. Hasta entonces se creía que eran sólidos.
Los anillos le dan a Saturno un aspecto muy bonito. Tiene dos brillantes, A y B, y uno más suave, el C. Entre ellos hay aberturas. La mayor es la División de Cassini. Cada anillo principal está formado por muchos anillos estrechos. Su composición es dudosa, pero sabemos que contienen agua. Podrían ser icebergs o bolas de nieve, mezcladas con polvo.
En 1850, el astrónomo Edouard Roche estudiaba el efecto de la gravedad de los planetas sobre sus satélites, y calculó que cualquier materia situada a menos de 2,44 veces el radio del planeta no se podría aglutinar para formar un cuerpo, y, si ya era un cuerpo, se rompería.
El anillo interior de Saturno, C, está a 1,28 veces el radio, y el exterior, el A, a 2,27. Los dos están dentro del límite de Roche, pero su origen todavía no se ha determinado. Con la materia que contienen se podría formar una esfera de un tamaño parecido al de la Luna.
La elaborada estructura de los anillos se atribuyó en principio a la fuerza de gravedad de los satélites cercanos, en combinación con la fuerza centrífuga que genera la propia rotación de Saturno. Sin embargo, las sondas Voyager descubrieron estructuras oscuras que no se podían ser explicadas así. Estas estructuras rotan sobre los anillos a la misma velocidad que la magnetosfera del planeta, por lo que podrían interactuar con su campo magnético.
Las partículas que forman los anillos de Saturno tienen tamaños que van desde la medida microscópica hasta trozos como una casa. Con el tiempo, van recogiendo restos de cometas y asteroides. Una buena parte del material que los forma es hielo. Si fuesen muy viejos, estarían oscuros por la acumulación de polvo. El hecho que sean brillantes indica que son jóvenes.
En 2006 la nave Cassini descubrió un nuevo anillo mientras viajaba por el lado contrario al Sol, en la sombra de Saturno. La ocultación solar permitió detectar partículas que no suelen ser visibles. El anillo, situado entre los F y G, coincide con las órbitas de Jano y Epimeteo, dos satélites que casi comparten sus órbitas y periódicamente las intercambian. Quizás los impactos de meteoros en esas lunas estén aportando las partículas que forman el anillo.
De hecho, todos los anillos podrían haberse formado a partir de satélites que sufrieron impactos de cometas y meteoroides. En 2017 la sonda Cassini pasó entre Saturno y su anillo más cercano, situado a unos 2000 km. Esta nave es, de momento, una de las más importantes fuentes de datos e imágenes del planeta. Sin embargo, cuatrocientos años después de su descubrimiento, los impresionantes anillos de Saturno siguen envueltos en el misterio.